Tras su intervención tomaba la palabra Charo Moriones, de dirección técnica de Bodega Vega del Castillo, con la ponencia ‘Optimización de riego en viñedo: ahorro de agua, rendimiento y calidad de la uva’, que comentaba que todavía se necesitaría la recogida de más datos, pero por esa misma razón, continuarán con la utilización y estudio de la herramienta; con el fin de sacar conclusiones más concretas.

Moriones daba paso a Nicolás Molina, Ingeniero Agrónomo de CESENS, con el discurso ‘Conoce las necesidades hídricas de tú viñedo: medida directa en planta VS monitorización de la humedad del suelo’ -aquí las diapositivas de su presentación-. “Nuestros resultados son los siguientes: el flujo de savia ofrece información del comportamiento diario del cultivo, y permite analizar tendencias y ver cosas más detalladamente; además, hay una correlación muy fuerte con la radiación, pero también influye el DPV (desplazamiento hacia la tarde) y el porcentaje de agua útil. Por otro lado, con el flujo de savia es difícil de calibrar y establecer referencias para la base de un sistema de toma de decisiones para gestionar el riego”, detallaba el ingeniero, y proseguía: “El potencial hídrico, por su parte, tiene referencias y valores absolutos coherentes, por lo que parece indicado para tomar decisiones de riego durante toda la campaña basados en criterios objetivos de estrés hídrico. Asimismo, guarda mucha correlación con DPV, aunque también influye el porcentaje de agua útil; y hemos observado un comportamiento diurno variable, con mínimos y pendientes muy variables influidas por demasiados factores”. “Al tratarse de sólo una campaña, los datos o la información obtenidos no son suficientes para sacar conclusiones definitivas, como bien decía Charo. Por lo que hay que ir analizando y ajustando teniendo en cuenta las tendencias de las dosis de riego y las frecuencias de éstas”, concluía Molina.