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De trasterminancia hacia las faldas del Pico de Ori, en la Selva de Irati

Aunque la trasterminancia quizás sea un término menos conocido, es muy habitual en la zona norte de Navarra. Se trata de una variedad menor de trashumancia caracterizada principalmente por movimientos de ganado estacionales de corto recorrido, por lo general inferiores a los 100 km. Estos desplazamientos se producen próximos a las explotaciones ganaderas entre las zonas bajas de los valles, en el invierno, a los puertos de montañas, en la temporada estival.

Son las siete de la tarde del domingo 16 de junio y Gonzalo Palacios, ganadero de Izal de 39 años, comienza la trasterminancia hacia las faldas del pico de Orhy, acompañado de un grupo de ocho personas. “Mi padre ya subía la vacas, no recuerdo desde cuando lo hacemos…desde siempre”.

Un total de 120 vacas de raza pirenaica y 12 terneros recorren unos 35 km hasta llegar a su destino, en el que estarán hasta el próximo mes de octubre. “Este año se han abierto los pastos una semana más tarde, porque normalmente suele ser el día 10 de junio”, explica su primo Enrique Alzueta, de Ezcároz y 35 años, que aunque no trabaja en el sector agrario, lleva varios años acompañando a Gonzalo.

Este año también van con Gonzalo en esta travesía su madre Teo Samper, encargada del refrigerio; sus tíos, José Javier y Soco; Vicente Aberturas, que lleva poco más de un año trabajando con él; y varios amigos de la familia; Fran Ecay y su hijo Nicolás y Peio Sarratea. Para Fran Ecay, gerente de la Constructora Ecay, “es una terapia excelente para desconectar del estrés de mi día a día. Llevo varios años acompañando a Gonzalo y su familia”. Peio Sarratea, ganadero de Almandoz, y de 25 años, es la primera vez que va con Gonzalo. “Es una bonita experiencia que espero repetir en más ocasiones”.

Comienzo de ruta
El grupo comenzó el recorrido en la pequeña localidad de Izal, situada en el valle de Salazar, en la comarca de Roncal-Salazar, el domingo 16 de junio, a las siete de la tarde, y llegó a Güesa, a través del monte, a las 20.30 horas. En Güesa, cercaron las vacas con un vallado eléctrico, y a las tres y media de la madrugada continuaron hacia Ochagavia (San Esteban) por carretera, llegando a las seis de la mañana. “Desayunamos un café con magdalenas y rosquillas elaboradas por mi madre Teo, y continuamos unas cuatro horas por el monte hasta llegar al Centro de Esquí Nórdico de Abodi, sobre las 10 de la mañana, donde paramos a almorzar tortillas, embutidos, también elaborados en casa”, explica Gonzalo Palacios, mientras camina a buen ritmo.

Y la recta final, por carretera, durante una hora y media aproximadamente hasta llegar a las faldas del pico de Orhi, sobre las 12 horas. “Es un recorrido ameno, porque vamos con familiares y amigos y paramos a descansar”, comenta Gonzalo Palacios. El recorrido ha transcurrido con normalidad y las vacas ya están en su nuevo espacio, un gran pasto de 950 hectáreas. “Las vacas podrían venir solas, otra cosa es la vuelta”, afirma Vicente Aberturas, mientras comprueba durante todo el recorrido que el ganado está bien.

Pastos en la Selva de Irati
Desde las faldas de la emblemática cumbre, el monte Orhi, se observa una panorámica de la Selva de Irati, del Pirineo, y de los valles de Salazar y Roncal y de Aezkoa. La mayoría de las zonas de pasto son comunales del Valle de Salazar. “Cada año solicitamos autorizaciones que conceden por cabeza de ganado; y las vacas permanecen allí de junio hasta octubre. Suelo ir una vez a la semana para controlarlas. Las vacas se quedan encerradas con un cercado eléctrico, pero no estamos tranquilos porque tenemos el peligro de la osa ”, cuenta Gonzalo Palacios.

En estos terrenos la hierba crece fresca y abundante, y tiene un alto valor nutritivo debido a que poseen una gran diversidad de gramíneas y leguminosas. La Selva de Irati es conocida por ser el segundo hayedo-abetal más extenso de Europa (sólo superado por la Selva Negra de Alemania), con 17.179 hectáreas. En el hayedo predomina esta misma especie, el haya común, pero también abedul, el tejo, el acebo, el arce, el tilo o el serbal. La riqueza de la Selva de Irati, radica, además de por la flora, por la cinegética de algunas especies, y por la variada fauna terrestre que vive en la zona como son los jabalíes, corzos, ciervos, comadrejas, martas, zorros, tejones y en la fluvial como las truchas y las madrillas. Pero su actividad más importante es la ganadería de ovejas de raza navarra; vacas mayoritariamente pirenaicas y yeguas de raza burguete y jaca navarra, que pastan libremente por los pastos de altura, catalogados como: “Lugares de Interés Comunitario (LIC)”.

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