UAGN ha trasladado al Departamento de Desarrollo Rural y Medioambiente del Gobierno en la primera semana de julio, sin respuesta por su parte hasta el momento, la necesidad de flexibilizar la norma que prohíbe enterrar los rastrojos tras cosecha de cereal en los municipios más al sur de Navarra. La organización agraria insiste de nuevo que es necesario habilitar una flexibilidad, recogida en los criterios de la nueva Condicionalidad reforzada, explicados por el FEGA en la Circular de Coordinación 14/2023, que permite a las comunidades autónomas poder adaptar la fecha establecida de prohibiciones a sus condiciones locales.

Profesionales del sector agrario demandan poder trabajar sus campos después de la cosecha de cultivos herbáceos, ya que “tenemos tempero y la tierra se puede trabajar para preparar la cama de siembra de otoño y así facilitar nuestro trabajo. Esta intervención en este momento permite reducir el laboreo posterior que se haría con la tierra más seca y dura, con un mayor gasto de combustible en las operaciones”, manifiesta Félix Bariáin, presidente de UAGN.

“El agricultor en este momento trabaja los campos con herbicidas para controlar las hierbas adventicias y así tener la finca más accesible. Sin embargo resulta una contradicción con la nueva PAC, ya que estamos utilizando más químicos, cuando podríamos hacer una labor que limite el crecimiento de estas hierbas y deje los campos mejor preparados para la siembra”, continúa Bariáin.

Hay que recordar que la nueva directiva de uso de fitosanitarios que entra en vigor en este nuevo periodo PAC, limita el uso de químicos en la agricultura y obliga a reducir su uso en un 50 % hasta 2030, “objetivo que consideramos imposible si nos vemos forzados a utilizar glifosato para eliminar las malas hierbas y no poder trabajar el terreno mecánicamente”, dice Bariáin.

En este sentido, el objetivo de la norma que pretende proteger el suelo (manteniendo los rastrojos en el suelo), evitando quede desnudo durante el periodo más sensible, es preservarlo ante la erosión, la perdida de fertilidad, la reducción de emisiones y la mejora de su estructura.

Sin embargo, este efecto es a medio largo plazo, y no debe ser la única estrategia de conservación, ya que se debería combinar esta estrategia con otras como el uso de leguminosas, siembra directa, rotaciones mejorantes o pastoreo tradicional de rastrojos, prácticas que muchos profesionales del campo realizan y que en su conjunto son beneficiosas en estos objetivos.

Por lo tanto, lo que reclama UAGN es actuar de inmediato para mejorar la huella ambiental de las actividades agrarias (reduciendo el uso de combustible y emisiones en septiembre y reduciendo  el uso de químicos  herbicidas en este momento) a cuenta de una situación específica en nuestro territorio que “como hemos reclamado en reiteradas ocasiones ha facilitado la proliferación de hierbas en los campos, perjudicando la futura implantación de los cultivos, precisamente cuando arrastramos 5 campañas consecutivas de reducciones dramáticas en nuestras cosechas. Parece que los objetivos de la nueva PAC es hacernos la vida más difícil y por tanto perjudicar el suministro estable y regular de alimentos a la sociedad”, expone Bariáin.

Pastoreo de rastrojeras
Sin olvidar la debida permanencia de los usos tradicionales en el pastoreo de rastrojeras que como se ha mencionado forman parte de las prácticas que preservan la fertilidad del suelo y el equilibrio entre agricultura y ganadería, tradicional en nuestros pueblos.

Por tanto, la organización agraria reclama que se agilice esta petición y el nuevo Gobierno pase a la acción para tomar medidas de inmediato, que en el marco de la nueva PAC se permiten, sin soslayar los objetivos de mantenimiento de suelos y nutrición de los cultivos que compartimos, ya que es el sustento para el desarrollo de nuestros productos.