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06/12/2018Los precios de los hidrocarburos suelen ser muy fluctuantes. Si en 2012 el litro de gasóleo agrícola llegó a estar a 0,99 euros, después fue experimentando un descenso progresivo hasta colocarse en los 0,58 euros en 2016, dato especialmente positivo e inusual. Posteriormente se ha mantenido a 0,68 euros pero a partir de octubre el precio del gasóleo agrícola ha subido alarmantemente, hasta colocarse a finales de noviembre en torno a 0,93 euros/litro. Este repunte supone un aumento de un 32 % con respecto a 2017. Una tendencia que se mantenía al alza en las gasolineras de Navarra que expenden gasóleo B a un precio de hasta 0´98 €/litro. Es decir, el precio medio en Navarra era un 62 % más caro que en septiembre de 2016.
El aumento desmesurado del precio del gasóleo afecta en general a todos los bolsillos, pero tiene una incidencia especial en aquellos sectores en los que es difícil trasladar estos incrementos al precio del producto. Este es el caso del sector agrario, donde por las condiciones específicas de formación de los precios, los agricultores y ganaderos no pueden repercutir las subidas de los costes de producción en el precio de venta de sus productos.
Este ascenso estrepitoso en los precios del gasoil de las últimas semanas, llega en un momento pésimo para los agricultores navarros que se encuentran en plena campaña de siembra de cereales de invierno. Es la época en la que las explotaciones utilizan más maquinaria y, por tanto, tienen un mayor consumo de carburantes.
Así, en plena campaña de siembra, tenemos que el precio del gasóleo B se sitúa hoy en 0,975 €/l , cada vez más cerca de su máximo histórico de 1,12 €/l alcanzado en 2012. La subida del gasóleo ha sido muy grande a lo largo del año y esto influye de forma directa en las cuentas de la explotación. Según los cálculos de ASAJA, respecto a otoño de 2017, año en el que los costes de producción ya eran altos, el precio del carburante se ha elevado en lo que va de año en torno a un 42 por ciento y las cotizaciones de los últimos días nos indican que siguen al alza. Para una explotación de unas 200 hectáreas de secano estaríamos hablando unos 8.300 euros de costes de gasóleo y otros 21.600 de abono, lo que supone más de 3.500 euros de diferencia con respecto al pasado año.
Es de lamentar que en esta subida del precio del combustible los agricultores y ganaderos no tienen la fuerza, ni el peso en la cadena comercial para poder repercutir éste sobre coste en el precio al que venden sus productos. Por ello, la Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra demanda un tope a estos aumentos de precio del gasóleo, para que no alcance máximos históricos que sigan dificultando la supervivencia de miles de pequeñas y medianas explotaciones agrarias cuya rentabilidad ya está al límite.
Medidas para paliar el aumento de precio del gasóleo agrícola
Para mitigar los efectos de las fluctuaciones incontrolables de los hidrocarburos, los agricultores y ganaderos se benefician de la devolución, por parte de la Agencia Tributaria, del Impuesto Especial sobre Hidrocarburos. Una devolución que si hace unos años fue de 78,71 €/1.000 litros, a partir del 1 de julio de 2016, el Gobierno nos la redujo a 63,71 €; es decir, una reducción de 15 € que representa un -20 %.
Por todo ello, la Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra propone, tal y como hasta hace dos años lo estableció el Gobierno central, una reducción en el IRPF del rendimiento neto del 35 % en la facturación del gasóleo agrícola; del 15 % de los plásticos; y del 1 5% en los fertilizantes, puessus costes de fabricación están íntimamente ligados a las oscilaciones de precios de los combustibles fósiles.
Otras medidas pudieran ser la reducción del IVA al gasóleo agrícola que desde el 01/09/2012 se eleva al 21 % (antes era el 18 %); incrementar el IVA que los agricultores y ganaderos repercutimos con nuestras ventas de productos agropecuarios; o que el Estado marque un tope máximo del precio del gasóleo agrícola para no superar el techo histórico e inasumible de 0,99 €/litro.
UAGN, dentro de la misma problemática, también propone, la aplicación de un IVA reducido a consumos energéticos de los agricultores: electricidad, gasóleo, fitos…., así como la revisión precio/potencia la tarifa eléctrica para riego.