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UAGN, en contra de la instalación de placas fotovoltaicas en suelos productivos

Iñigo Azcona, de 22 años, natural de Oteiza, y con su explotación en Adiós; Pablo Lizarrondo, de 32 años y Asier Sarasibar, de 25 años, ambos de Uterga son tres de los 382 jóvenes ATP que hoy en día gestionan una explotación agraria en Navarra y su pervivencia está en peligro. La empresa Solaria Promoción y Desarrollo Fotovoltaico quiere construir dos parques solares en los términos municipales de Muruzábal, Adiós y Uterga, localidades donde ellos desarrollan su actividad agrícola. Aunque no existe un proyecto firme, dicha empresa está promoviendo reuniones con propietarios de estos terrenos para alquilárselos por un periodo de 25 años y con dos prórrogas de cinco. Estos jóvenes agricultores comentan que “tenemos información muy difusa de lo que quieren abarcar y se quieren implantar aquí porque estamos cerca de la subestación y les abarata los costes para trasladar la energía desde la placa solar a la subestación y están dispuestos a eliminar una zona rica en productividad de cereal y en fauna y flora”.

Ellos no están en contra de las energías renovables, todo lo contrario. “El Perdón es el primer parque eólico que se instaló en esta zona y somos emprendedores en energía renovable. No estamos en contra de las energías renovables, simplemente creemos que hay otras zonas desfavorecidas e improductivas que pueden destinarse a la instalación de las placas. Esta zona ya tiene una rentabilidad productiva medio alta de cereal de secano”, expone Pablo Lizarrondo. “Además, aquí producimos paja que va destinada a biomasa; el sector agrario somos el más interesado en mantener el medio ambiente. Los agricultores y ganaderos estamos continuamente realizando practicas sostenibles para favorecer el medioambiente”. Iñigo Azcona explica como “en Oteiza no pudimos disponer de una zona regable porque tenemos un espacio protegido de aves esteparias y sin embargo ahora quieren instalar placas fotovoltaicas en una zona productiva, creo que hay que ser más coherentes con las propuestas.”

Por su parte, Asier Sarasibar matiza que “no puede ser que porque queramos disponer de energía renovable debamos tener esta inmensidad de placas aquí en esta zona, la energía solar es mucho más propicia en zonas donde hay más horas de sol, más sequía y en terrenos menos productivos. Hay espacios mucho más apropiadas para estas grandes extensiones de placas”.

Instalaciones que favorecen la despoblación
Estos jóvenes llevan menos de 5 años trabajando en el sector agrario. “Hemos apostado por la agricultura porque nos gusta, nos sentimos unos privilegiados trabajando aquí, pero hemos solicitado importantes subvenciones porque necesitamos explotaciones de grandes dimensiones para obtener rentabilidad y si nos arrebatan la extensión de tierras nos quedamos sin trabajo y sin nuestro modo de vida y quizás nos tendríamos que ir a trabajar una fábrica y abandonar el pueblo. Tenemos mucha incertidumbre”, expresa indignado Asier Sarasibar.

Lizarrondo cuenta como “en Uterga sólo estamos dos agricultores, Asier y yo y ambos vivimos con nuestros padres, pero queremos asentarnos en el pueblo y vivir aquí con nuestra familia, otros deciden marcharse, porque por ejemplo su trabajo está en Pamplona, pero nosotros hemos apostado por seguir aquí y esto puede ser un problema”. “Esta empresa”, reivindica Sarasibar “está promoviendo un asentamiento rural, cuando lo que está haciendo es todo lo contrario, porque ¿quien va a querer vivir en un pueblo rodeado de placas solares?”. Son varias las familias que viven en Uterga desde hace poco tiempo, “Han apostado por una casa en un pueblo rodeado de naturaleza. Viven aquí por cómo es hoy Uterga, con la naturaleza alrededor y no rodeada de placas solares. Antes Uterga no era parada del Camino de Santiago y hoy hay dos albergues. Los peregrinos cuando bajan del perdón dicen que parece la Toscana y en un futuro podrían ver placas...”, comentan resignados.

Los tres jóvenes coinciden en que el objetivo de instalar las placas aquí es meramente económico. “Aunque se trate de energía renovable no se está mirando por el medio ambiente, sino por la economía, porque estas extensiones ya tienen un impacto medioambiental enorme, y es contradictorio eliminarlas para construir una macro instalación de placas fotovoltáicas”.

Félix Bariáin, presidente de UAGN, explica como “en UAGN estamos a favor de todo tipo de energías renovables, pero no puede ser que, así como hay figuras que protegen y regulan el medioambiente, parques naturales o bienes culturales; no haya una figura que proteja a la agricultura y la ganadería. Nosotros no estamos en contra de la implantación de estos parques, pero sí de su construcción en zonas productivas, deberían llevarlos a zonas áridas, agronómicamente pobres, cuya única actividad pueda ser este fin, la generación de energía. Lógicamente estamos en contra de que se instalen en zonas agronómicamente productivas porque impiden el desarrollo de la agricultura y la ganadería. Por tanto, hay que abrir un debate político, sosegado en la sociedad, donde se regule, se legisle y se impida que estas empresas ocupen zonas productivas agrícolas o ganaderas. Y, sobre todo, teniendo es cuenta la importancia que tiene proteger los pueblos y el sector agrario, como actividad esencial”.