En los últimos meses hemos sido testigos, a lo largo y ancho de este país, de multitud de movilizaciones de pensionistas, por razones más que justificadas y por todos conocidas. Toda nuestra solidaridad, apoyo y afecto para todo el colectivo estatal de pensionistas, entre los que es de justicia resaltar a las míseras jubilaciones agrarias.

Según datos oficiales, las jubilaciones agrarias se sitúan de media en 709,85€, mientras que la jubilación media en el resto de sectores económicos es de 1.208,40€, casi 500€ menos al mes, es decir, un 41,3% inferior al resto de los sectores; siendo que la media de la jubilación agraria de los hombres es de 777,90€ y la de las mujeres 571,10€.      

La única razón de que las pensiones de jubilación de los agricultores y ganaderos sean tan bajas estriba en el antiguo Régimen Especial Agrario y la forma en la que se integró en el de Trabajadores Autónomos en el año 2008. Además, es obligado resaltar que la integración en el Régimen de Trabajadores Autónomos camufló una realidad mucho más dura…. Los datos exhaustivos hasta el año 2007, mostraban como la pensión de jubilación del régimen agrario era de 520,4€ para los hombres, y 437,2€ para las mujeres.

Y sucede algo similar con las pensiones de jubilación de los trabajadores y trabajadoras por cuenta ajena y los eventuales del campo. Las condiciones en la que se produjo su equiparación al Régimen General en el año 2011 explican que las pensiones de jubilación se sitúen de media en 623€ para los hombres y 506,30€ para las mujeres lo que significa un 50% inferior a la media del resto de las jubilaciones del régimen general.

En la base de la desigualdad entre las y los jubilados agrarios y los del resto de los sectores, está sin lugar a duda la desigualdad de la renta agraria que es un 45 % inferior a la media. El Ministerio de Agricultura y el de Trabajo y Seguridad Social en lugar de tergiversar falsos datos sobre el incremento de la renta agraria, que nadie del sector reconoce, debería analizar la realidad de los ingresos de los agricultores a título principal, como de los y las trabajadoras por cuenta ajena, y ajustar la forma en la que se calculan las bases de cotización, las cuotas, y por lo tanto las prestaciones y las pensiones.

Las míseras pensiones de jubilación en el sector agrario han sido una evidencia del abandono histórico de este sector. Y el incremento lineal del 0,25% aplicado estos últimos años la constatación explícita de que nuestros políticos no quieren atajar una injusticia incuestionable. Ya en la primera gran tractorada del 77, UAGN demandaba la equiparación del Régimen Especial Agrario con el General y, por tanto de las pensiones y prestaciones. Pero los datos demuestran que los agricultores y los ganaderos, a día de hoy, seguimos siendo ciudadanos de segunda división…

 

Félix Bariáin, presidente de UAGN