Y hoy, cuando parece que todo vuelve a la “nueva normalidad” siguen trabajando sin descanso, pero con más dificultades que nunca.
“La batalla era conseguir que, ahora en la desescalada, tanto la Administración como el ciudadano recordaran el papel esencial del sector agrario como suministrador de alimentos. En esta crisis, el sector agroalimentario ha respondido y esto es clave. Pero para que el sector agrario pueda seguir suministrando alimentos es imprescindible garantizarle una renta justa”, manifiesta tajante, Félix Bariáin.

Inspecciones inadmisibles
“Pero en lugar de agradecimientos y valoración del esfuerzo, nos encontramos con que el Ministerio de Trabajo da la instrucción de que se inspeccionen casos de esclavitud en el campo. En dichas inspecciones realizan un cuestionario que parecía de hace diez siglos, donde preguntaban a los trabajadores si les maltrataban, si sufrían ansiedad, si estaban encerrados en las explotaciones. Se trata de un acoso innecesario cuando hemos estado en los momentos más complicados. No es justo y el Ministerio de Trabajo se equivoca porque no conoce la realidad del campo. Pedimos la dimisión de la Ministra” explica Bariáin. “Las inspecciones comenzaron la semana del 18 de mayo, momento en el que nos sobresaltaron a media noche, con inspectores acompañados de la Guardia Civil, separando a los trabajadores y haciendo esas preguntas. Y es inexplicable que nos pregunten si nuestros trabajadores tienen epis, que los tienen, cuando el propio Gobierno no suministró a los sanitarios y tuvieron que protegerse con bolsas de basura. Insisto en que no estamos en contra de las inspecciones, pero sí en contra de este tipo de inspecciones en un sector que se ha jugado la vida en plena pandemia”.
“Hace tres meses estábamos en las carreteras, hace dos jugándonos la vida porque no podían quedar desabastecidos los supermercados, y a día de hoy, cuando el Gobierno tenía que estar proponiendo medidas para salvar al sector primario, y cuando la mayoría de agricultores y ganaderos están pidiendo préstamos para salvar sus explotaciones, el Gobierno nos envía a la guardia civil para comprobar si los trabajadores están en época feudal, esto se llama provocación con mayúsculas” afirma Bariáin.