Reducción de la producción de leche por la sequía y la falta de rentabilidad.
Las cadenas de distribución y especialmente desde el liderazgo de Mercadona  en cuanto a cuota de consumo, no levantan el PVP de la leche en los lineales de forma acompasada con el aumento de los costes de producción, generando de esta forma un desfase entre el precio percibido y los costes de producción que deja sin  margen al conjunto de operadores que les permita subsistir. Consecuencia de esta estrategia, la falta de suministro de leche por  el aumento de los sacrificios de vacas por parte de los ganaderos que no pueden hacer frente a los costes de producción y previsiblemente una lucha por el suministro entre operadores con consecuencias imprevisibles, pero a todas luces nefastas para el ganadero local. ( reducción de entregas de leche en España en el último año -1,9%)

Recientemente Mercadona anunciaba que no dispone de  leche Hacendado en sus lineales, porque la industria que suministraba , Iparlat, ha decidido no seguir perdiendo dinero en esta operación. Evidentemente Mercadona sondea con urgencia el mercado para contratar un nuevo proveedor, en movimientos similares a los de otras empresas, como Entrepinares que ha elevado la compra de leche a los ganaderos gallegos hasta  los 57 céntimos el litro, ante la incertidumbre de perder suministros en lo que puede ser una tendencia en las próximas semanas.

Por tanto, estamos atravesando un momento de turbulencias, donde la leche se pagará mejor en las próximas renovaciones de contratos. Sin embargo esta situación ya le hemos vivido… y siempre ha perdido el ganadero.

Es decir, el aumento de los precios de compra obedece a una coyuntura de falta de leche en el mercado y no a un compromiso de la distribución con el tejido rural de pagar justamente el suministro de leche. Para la distribución, la leche es un producto gancho, de gran consumo, que debe esperar a recuperar sus valores de precios bajos que ha tenido siempre, por lo que este periodo parece que será puntual. Hasta que consigan un suministro más barato. Posiblemente de fuera de nuestras regiones.

Mientras tanto, al calor de estos precios,  algún ganadero puede caer en la tentación de recuperar niveles de producción previos y hacer inversiones en ganado e infraestructuras que  tardan dos años en estar en producción, mientras que  durante este periodo la distribución puede volver  a los precios bajos que tanto han demostrado les gusta para la leche y por tanto , dejar empantanados a muchos ganaderos que sin pulmón para soportar un nuevo arreón tengan que dejar definitivamente la actividad endeudados, sin relevo generacional y con una administración , como la Navarra , que saca pecho haciendo suyas  unas ayudas insuficientes, que vienen de Bruselas, pero que no es capaz de hincar el diente al problema de relaciones justas entre operadores y de cumplimiento de la ley de la cadena alimentaria.