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UAGN presenta ante el Parlamento la dramática situación que atraviesa el sector agrario por los daños que ocasiona la fauna cinegética

Luis Miguel Serrano, secretario de UAGN, y David Navarro, vocal de la sección de jóvenes, asistieron el 16 de abril a una sesión en el Parlamento para exponer en la “Ponencia para el estudio y análisis de legislación de caza y pesca” datos y cifras concretas sobre la problemática que existe en el campo por los daños ocasionados en los cultivos por la fauna cinegética. Los daños por fauna cinegética siguen siendo una de las reivindicaciones históricas de UAGN, ya que cada año el problema es más grave y pone en peligro la viabilidad de las explotaciones.

“La importancia que tienen los daños que causan las especies cinegéticas se ha vuelto trascendental en muchas zonas de nuestra comunidad a medida que estos daños han ido creciendo. Hemos llegado a esta cifra con unas indemnizaciones que superan los 900.000 euros. A esto hay que sumarle toda la superficie que está sin asegurar, toda aquella de la que el seguro no responde, más todas las líneas de seguro que no aseguran los daños cinegéticos y la franquicia del 20 %. Además, tampoco hemos tenido en cuenta los costes de protectores y mallas, incluido su mantenimiento en el que incurren los agricultores”, exponían Luis Miguel Serrano y David Navarro, durante la sesión parlamentaria.

Según un informe elaborado por UAGN en diciembre de 2019, el daño en las plantaciones hortícolas es cuantioso porque son cultivos muy sensibles. Concretamente en el brócoli, el coste de producción por hectárea supone más de 3.000 euros, de los cuales el coste de plantación supone en torno a 1.000 euros y el beneficio puede estar entre 100 y 500 euros, según datos de la Red de Información Contable Agraria Navarra, RICAN. “El margen de rentabilidad es muy ajustado por lo que necesitamos varias hectáreas para asumir la perdida de la hectárea comida por la fauna cinegética. Lo mismo sucede en otros cultivos como el cereal, con márgenes de rentabilidad muy escasos, incluso nulos y las perdidas por los daños cinegéticos hacen que muchas explotaciones tengan pérdidas”, explicaban.

Problemas medioambientales, de seguridad y enfermedades
El problema de esta sobrepoblación de fauna cinegética no es solo agrícola, tiene fuertes repercusiones medioambientales que generan grandes desequilibrios, así como problemas de seguridad y de transmisión de enfermedades.

Los jabalís son transmisores de muchas enfermedades. Especialmente grave es la Peste Porcina Africana que es fácilmente transmisible a la cabaña ganadera. Por otro lado, el corzo también está aumentando considerablemente.

En cuanto a los accidentes de tráfico generados por los animales, en 2016, se contabilizaron 688 colisiones con animales. De los cuales, 326, son de jabalí y 148, de corzo. “En el caso de jabalí, el incremento es enorme, al igual que su población, en 2015 había 188 accidentes causados por jabalí y en 2018 se alcanzan los 479 accidentes. Supone un incremento de la siniestralidad por esta especie de 150 % en sólo 4 años. En este sentido, el Ministerio de Agricultura está creando una estrategia de control del jabalí a nivel nacional. La situación ha llevado a varios países como Francia a usar militares para poder reducir la población”, contaban durante la sesión parlamentaria.

Ni los seguros ni la Administración ofrecen soluciones Hasta el año 2011, la Administración, a través del Departamento de Medio Ambiente, enviaba a un perito que tasaba los daños, mediaba entre los cotos y los agricultores con daños y subvencionaba a los cotos con un porcentaje de esa indemnización. A día de hoy, sólo se encarga de los daños que dependen de ellos, como son los espacios naturales.

“Teóricamente, se sustituyó ese sistema por el seguro de Agroseguro, pero podemos asegurar que no funciona. El seguro no puede resolver un problema de fondo que es el crecimiento descontrolado de determinadas especies. Además tiene muchas limitaciones: existe una franquicia del 20 %; sólo cubren algunas líneas de seguros; hay muchos cultivos que el seguro es caro e ineficaz; y no indemnizan a partir del cuarto año y con dos años ya tienes penalización. El Departamento de Medio Ambiente no puede permanecer pasivo ante esta situación. No sólo era una cuestión económica, sino que esas tasaciones implicaban el control y la mediación del Departamento”, continúan.

Así mismo, las grandes infraestructuras como autopistas, vías del tren, etc., que son el principal foco de crecimiento de estas especies, no se responsabilizan de esta problemática, y existe dificultad o imposibilidad para cazar en ellas. “Se ha firmado un convenio con la AP68, pero es claramente insuficiente tanto en cantidad de medidas como en la extensión”, cuentan.

Soluciones en otras comunidades
La pandemia, además, ha agravado la situación por la dificultad de movimientos de los cazadores desde otras provincias o en caso de confinamiento, puesto que la caza de estas especies resulta fundamental para un sector esencial como es la agricultura. Además, nos encontrábamos con el toque de queda que impide poder realizar esperas nocturnas.

En otras comunidades se ha trabajado en las soluciones a estos problemas, como en Castilla-La Mancha, donde se ha permitido el tránsito de cazadores para las zonas de abundancia de conejos y jabalíes. En el caso de la Comunidad Valenciana, el toque de queda permite la excepción del ejercicio de la caza por daños a la agricultura. En Aragón, se adoptaron una serie de medidas extraordinarias y urgentes a través del Decreto-Ley 9/2019, de 8 de octubre, del Gobierno de Aragón, para el control de la población silvestre de conejo común en Aragón. Dicha normativa, ha permitido métodos de caza variados como las jaulas trampa o el tratamiento con monóxido de carbono de las madrigueras de zonas más inaccesibles. Y entre las muchas medidas, se fomenta que los propios agricultores puedan resolver el problema o que los cazadores de distintas localidades puedan cazar en estos municipios con problemas. 

En el caso de las capturas, también son especialmente grandes Se observa como la Ribera termina por representar el 80% de las capturas cuando en el año 1995, inicio de la gráfica, era poco más del 12%.

Además, se han reducido los trámites para muchas modalidades de caza, esto incluye poder capturar en vivo sin licencia y una mayor implicación de su Departamento, el cual controlará el funcionamiento de las medidas en estos municipios y también apoyará económicamente.

Propuestas de UAGN
Ante la situación extrema que estamos viviendo, UAGN ha propuesto varias modificaciones en la normativa vigente: “Desde UAGN intentamos ser propositivos. El pasado mes de diciembre, enviamos una serie de propuestas al Gobierno de Navarra para la modificación de la Orden Foral de caza (coincidiendo con el periodo de propuestas) en el que pedíamos modificar 16 artículos y 2 disposiciones adicionales respecto a la actual”, decían en la sesión.

En primer lugar, considerar a la caza una actividad fundamental en una situación de emergencia y se permita el desplazamiento para cazar las especies que más daños causan y cuya abundancia supone un peligro medioambiental. “El departamento debe asumir responsabilidades en la gestión y el control de la caza. No puede ponerse de perfil. Creemos en la responsabilidad objetiva de los cotos de caza. Pero detrás de esta responsabilidad existe otra general de la cual debe responsabilizarse el Departamento de Medio Ambiente: la población de estas especies es una cuestión medioambiental. La Administración debe volver a controlar los daños como hacía hasta 2011. Así mismo, responsabilizar a las grandes infraestructuras de los daños cinegéticos causados en sus áreas de influencia y mejorar Agroseguro”, continuaban. Además de estas cuestiones fundamentales, existen otras medidas que pueden ayudar a mejorar la situación: - Facilitar la caza con todos los medios disponibles (como es el caso de atrayentes para el jabalí o jaulas trampas) - Facilitar la participación del agricultor para la caza de los daños producidos en sus fincas - Permitir la limpieza y mantenimiento de linderos, sangreros, etc. para facilitar la caza - Favorecer que sean los Ayuntamientos los que directamente gestionen el coto y contraten al guarda de caza puesto que pueden generar una mejor comprensión respecto a los daños cinegéticos. - Facilitar el movimiento de cazadores dentro de la Comunidad Foral como de otras provincias. En la misma línea que la normativa de Aragón. - No permitir la caza de especies depredadoras de las causantes de daños a la agricultura como es el caso del zorro. - No permitir la traslocación de especies peligrosas para la agricultura como el conejo.

En primer lugar, considerar a la caza una actividad fundamental en una situación de emergencia y se permita el desplazamiento para cazar las especies que más daños causan y cuya abundancia supone un peligro medioambiental. “El departamento debe asumir responsabilidades en la gestión y el control de la caza. No puede ponerse de perfil. Creemos en la responsabilidad objetiva de los cotos de caza. Pero detrás de esta responsabilidad existe otra general de la cual debe responsabilizarse el Departamento de Medio Ambiente: la población de estas especies es una cuestión medioambiental. La Administración debe volver a controlar los daños como hacía hasta 2011. Así mismo, responsabilizar a las grandes infraestructuras de los daños cinegéticos causados en sus áreas de influencia y mejorar Agroseguro”, continuaban.

Además de estas cuestiones fundamentales, existen otras medidas que pueden ayudar a mejorar la situación:
- Facilitar la caza con todos los medios disponibles (como es el caso de atrayentes para el jabalí o jaulas trampas)
- Facilitar la participación del agricultor para la caza de los daños producidos en sus fincas
- Permitir la limpieza y mantenimiento de linderos, sangreros, etc. para facilitar la caza
- Favorecer que sean los Ayuntamientos los que directamente gestionen el coto y contraten al guarda de caza puesto que pueden generar una mejor comprensión respecto a los daños cinegéticos.
- Facilitar el movimiento de cazadores dentro de la Comunidad Foral como de otras provincias. En la misma línea que la normativa de Aragón.
- No permitir la caza de especies depredadoras de las causantes de daños a la agricultura como es el caso del zorro.
- No permitir la traslocación de especies peligrosas para la agricultura como el conejo.