La actual situación del sector avino, como quedó constatado en las elecciones del pasado 20 de junio para renovar el Consejo regulador de la IGP Cordero de Navarra, es bien frágil.

No es ningún secreto que la situación del sector ovino a nivel estatal y comunitario, con evidentes matices, tampoco difiere sustancialmente con los problemas en Navarra. Por ello, las organizaciones profesionales y las cooperativas agrarias de la UE (COPA-COGECA) han mostrado su profunda preocupación por esa difícil situación del mercado del ovino; afectado esencialmente por una drástica reducción del consumo de su carne y las bajas cotizaciones registradas en los mercados.

Los representantes del sector productor han hecho público un comunicado en el que destacan la necesidad de innovaciones y de medidas de promoción para fomentar su consumo. Coinciden en que hay que trabajar para dinamizar y hacer un sector más atractivo para los jóvenes; ahondando en muchos problemas que serían trasladables a Navarra: ataques de grandes carnívoros, los buitres y la amenaza de la tuberculosis en reservorios de fauna cinegética silvestre.

Las estadísticas comunitarias destacan que el consumo de carne de cordero está situado entre 2 y 2,5 kilos por persona y año en la mayoría de Estados de la UE, excepto Grecia donde se superan los 4,5 kilos. Por si ello fuera poco, la producción ovina europea ha aumentado en un 6,8 % con respecto a los niveles del año anterior y la producción caprina también, en un 10,9 %. Ello se refleja en que sus precios se mantienen a niveles bajísimos desde hace años y ningún indicador hace pensar en una recuperación urgente. Solo un dato: los precios de los corderos ligeros son todavía inferiores a los ínfimos niveles del año pasado. Ante esta situación, el parlamento Europeo adoptó en mayo un informe de iniciativa en el que solicitaba que se reforzara el apoyo de la PAC a los ganaderos de ovino y caprino y abogaba por un pago medioambiental, para compensar los bienes públicos que proporcionan, tales como la mejora de tierras y conservación de ecosistemas; manteniendo la ayuda acoplada voluntaria y apoyando a los ganaderos que vayan más allá de las prácticas obligatorias de bienestar animal. Son iniciativas interesantes para un sector en difícil situación de la que os iremos puntualmente informando.