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Juana María Ariztegui Oyaregui, de 58 años, casada y con 3 hijos de 29, 27 y 23 años, es natural de Lantz. Vive y tiene su explotación en Arraitz, en el valle de la Utzama, y trabaja desde hace 21 años como ganadera de vacuno de leche en una sociedad civil con su marido y pertenece al grupo de Lacturale. “Procedo de familia de ganaderos y desde siempre he vivido la profesión, me gusta mucho mi trabajo”

21 años trabajando como ganadera da para mucho…
Sí muchos años… Mi familia ha tenido vacas y desde siempre me ha gustado y he ayudado en casa. A los 17 años me bajé a Pamplona a trabajar como dependienta en una tienda textil durante 14 años. Con 26 años me casé con Miguel Angel Hernandorena y me vine a vivir a Arraiz. Mi marido trabajaba en una fábrica de productos lácteos y yo seguía en la tienda de Pamplona hasta que en 1995 cerraron su fábrica y es entonces cuando nos planteamos la creación de una la granja más grande y profesional a las afueras del pueblo con 40 vacas de ordeño, ya que en esos momentos teníamos 23, debajo de casa. Y en 2002 yo me instalo como ganadera y creamos la sociedad civil Hernandorena-Ariztegui. Actualmente tenemos 93 vacas de ordeño.

Perteneces al Grupo Lacturale…
Sí, en 2004 entramos en el sistema de producción integrada y en 2008, junto a un grupo de ganaderos que teníamos una leche de gran calidad de producción integrada y buscábamos conseguir un mejor precio para nuestra leche, creamos Lacturale. Lacturale es pionera a nivel nacional en Producción Integrada: leche de más calidad, más seguridad alimentaria, mejor bienestar animal y más respetuosa con el medio ambiente.

Eres miembro de la Junta Permanente de UAGN desde el pasado Congreso ¿Qué te motivó a entrar?
Se necesitaba una persona con ganado de leche de la zona y me animé. Me ha sorprendido lo organizado que está todo y lo rigurosos que son en el traslado de las informaciones. Me aporta muchísimo conocimiento, ya que había temas que ni me imaginaba. De UAGN conocía todos los servicios, pero sobre todo trataba con Ángel Remírez, que siempre me ha solucionado todos los asuntos jurídicos, trabajar con UAGN me ha dado siempre mucha seguridad y sé que estoy en buenas manos.

Hablemos sobre el precio de la leche, el principal problema al que os enfrentáis los ganaderos.
Eso es, reivindicamos que la leche tiene que tener un precio razonable y recoger la viabilidad y la dignidad de todos los que trabajan con el producto para que todos podamos vivir dignamente tanto los ganaderos como los cajeros del supermercado. El consumidor no debería pagar por un litro de leche menos 0,90 céntimos y al ganadero se le debería remunerar como mínimo a 0,34 por litro. Me indigna ver en la caja del supermercado como algunos padres compran la leche más barata y sin embargo escogen las patatas fritas de primeras marcas. Estamos jugando con la salud de nuestros hijos, si te puedes gastar en las patatas también lo puedes hacer en una leche de calidad, todas las leches no son iguales. Si el ganadero tiene que cobrar como mínimo 0,34 euros por litro de leche y sumamos todos los intermediarios, resulta inviable que el consumidor pague menos de 0,90 euros por un litro de leche.

Además las grandes superficies utilizan algunos productos como la leche o el aceite como producto reclamo.
En los casos en los que esto sucede, ya sabemos que agente de la cadena alimentaria es el que sale perjudicado. No me parece bien que utilicen la leche como producto de reclamo, la leche es un producto de primera necesidad y debería de estar tratado como tal y si me apuras, mimado. Todos los que hemos tenido hijos lo hemos vivido alguna vez, si están inapetentes o enfermos y se beben un vaso de leche ya estamos tranquilos porque se han alimentado y lo mismo con las personas mayores. Nos hemos criado con la leche siempre y no tienen sentido las corrientes en contra de la leche, ya que además creo que son intereses de las industrias para consumir otros productos y no leche.

Esta inestabilidad del precio de la leche es una de las causas de la desaparición de explotaciones ganaderas. En el último año el censo de ganaderos ha descendido un 6 % en toda España (-840 ganaderos desde mayo 2018 a mayo 2019, para un total de 13.288 ganaderos con entrega). En Navarra hemos pasado de 158 ganaderos a 150 en el mismo periodo.
Son datos demoledores. Es un trabajo esclavo y vocacional y nos enfrentamos a dos grandes problemas, por un lado al bajo precio de la leche que cobra el ganadero del que hemos hablado y por otro, a las escasas ayudas que existen en el sector para llevar a cabo inversiones. Si una explotación es viable, no existiría problema en el relevo generacional, sin embargo, hoy en día si un ganadero se jubila, los jóvenes ven que no es viable continuar, porque las inversiones a las que se tienen que enfrentar son muy cuantiosas y porque el precio que reciben por la leche es muy bajo. Cuando yo me instalé en 2002 llevamos a cabo muchas inversiones y ampliamos la granja, los silos, las nave de la recría… nos concedieron un 45 % de ayudas del total de la inversión. Sin embargo, mi hijo pequeño Mikel, con 23 años, ya tiene aprobada la primera instalación en esta última convocatoria. Pero estamos muy descontentos porque normalmente un joven tiene una ayuda del 40% pero como él se instaló en nuestra sociedad se reduce la ayuda a un 30 % y además en nuestra explotación nos penalizan porque tenemos más vacas por uta y computa como intensiva por lo que se aminora a un 20% la ayuda. Para nosotros fue un momento de inflexión y valoramos si continuar o no con la explotación con mi hijo porque la ayuda es mínima para el gasto que supone.

De esta manera se acentúa el despoblamiento.
Creo que es muy distinto estos pueblos que estamos cerca de Pamplona y muy bien comunicados con otras zonas del Pirineo. Pero si que preocupa la situación de las granjas, aquí antes había 10 granjas de leche y ahora estamos 4, creo que tenemos que defender las granjas de leche de las zonas tradicionalmente lecheras y valorar la alimentación basada en forrajes propios y de la zona ya que aportan una gran calidad a la leche. De este modo la industria se interesaría por recoger la leche de calidad y no desaparecerían las granjas de los pueblos y seguirían vivos. No nos olvidemos que los bonitos paisajes de los pueblos los mantenemos los ganaderos y los agricultores. Nosotros somos los que estamos aquí viviendo, sin agricultores y ganaderos se volverán pueblos dormitorios.

¿En esta zona tenéis problemas con el jabalí?
Muchísimos. Cuando sembramos el maíz se comen la simiente y hemos tenido que volver a resembrar y si tienes la suerte de que no se la comen, nace el maíz y cuando sale la mazorca, tumban la planta y hacen lo que nosotros denominamos camas y que desde fuera no se aprecia, pero a la hora de cosechar se ven las camas y el campo destrozado y además de las enfermedades que pueden transmitir. Hay una superpoblación que es incontrolable. Y también tenemos problemas con los buitres, no podemos dejar a las vacas parir en el campo porque atacan en el parto. Otro problema más al que nos tenemos que enfrentar…