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La Jornada de Resultados del proyecto Ecocirplas demuestra alternativas viables para la gestión sostenible del Residuo Plástico de uso agrario

El pasado 16 de diciembre, en el marco del proyecto Ecocirplas, liderado por UAGN en coordinación con UCAN, Grupo AN, ITER investigación y Solteco, se celebró la Jornada de Presentación de Resultados “Nuevo proceso de gestión de plásticos agrícolas”, donde se dieron a conocer las conclusiones del proyecto.

La apertura corrió a cargo de Iñaki Mendioroz, gerente de UAGN, que excusó la presencia de Mikel Irujo, Consejero de Desarrollo Económico y Empresarial de Gobierno de Navarra, que no obstante quiso trasladar sus palabras de ánimo para el proyecto.

La jornada ofreció un punto de vista de circularidad para la gestión del plástico agrario, comenzando por su utilización en campo como acolchado para productos hortícolas, fase en la que Fernando Lizarraga, técnico área de ingeniería de UAGN, y Clara Viejo, técnica de UCAN, dieron a conocer las “Buenas prácticas de recogida, transporte y pretratamiento”. Lizarraga comenzó su intervención explicando que las acciones que ha desarrollado UAGN son evaluar cómo se recoge el plástico en Navarra y realizar propuestas en cuanto a la mecanización con el objetivo de abaratar costes y conseguir un plástico utilizable en el reciclado. “Hemos organizado ensayos piloto en campo, elaborado una ficha de seguimiento de los mismos, así como la valoración de la recogida actual del plástico, y un análisis de buenas prácticas aportando otras posibilidades de recogida, así como la propuesta de mecanización para conseguir mejores resultados. En este sentido, la colaboración de las cooperativas y los agricultores de forma desinteresada ha sido fundamental para el desarrollo óptimo de las pruebas piloto”.

Análisis de 2 modelos de gestión del residuo plástico agrario (RPUA). El modelo 1.B recoge los costes analizados del pretratamiento en el proyecto. El modelo 2 es asimilable a un sistema de responsabilidad ampliada del productor, incluyendo una tasa ambiental por la compra de plástico, según los referentes que se están barajando por las entidades. De hecho, este desglose de costes facilitará a las administraciones impulsar la compra pública verde o articular ayudas agroambientales para que este proceso sea más transferible y con mayor poder de penetración en el sector agroalimentario.

Lizarraga argumentó que la mecanización en la recogida es técnicamente posible y económicamente interesante, “La utilización de maquinaria reduce costes en campo para el agricultor, existen máquinas bien diseñadas para ello en el mercado; la mecanización permite recoger plástico con menos impropios; en la recogida de plástico no todo vale, cada cultivo requiere un método y es importante recoger en el momento apropiado teniendo en cuenta el tempero, la humedad y los restos vegetales del cultivo”.

A continuación, Clara Viejo, técnica de UCAN, ha explicado el pretratamiento que se realiza antes de la fase de valorización final, una vez que el plástico ha quedado recogido de la parcela. “La media ponderada del residuo plástico de acolchado que hemos podido aprovechar para la siguiente fase es de un 57,70% y entre las conclusiones que extraemos de este trabajo de pretratamiento creemos que hay margen para mejorar, ya que aplicar las buenas prácticas de recogida en campo y de almacenamiento evitando humedades permite mejorar mucho los rendimientos. De esta manera el pretratamiento maximiza su objetivo que es liberar de impropios el residuo plástico para que pase a la siguiente fase en las mejores condiciones. Si no hiciéramos este pretratamiento el residuo plástico no podría ser valorizado y por tanto su alternativa sería el vertedero. Por tanto, es muy importante realizar este pretratamiento, previo al reciclado, donde tenemos que tener en cuenta que en este proyecto hemos aprovechado unas instalaciones que no estaban destinadas especialmente a tratar este material y que se podrían llegar a adaptar para que tuvieran un rendimiento mejor”.

A continuación, Arturo Ferrer, director técnico de ITER, y José Vicente Sainz, director general de Solteco, explicaron el “Cierre en el ciclo del proceso de economía circular”

Ferrer manifestó cómo nos encontramos en un proceso de transformación y el Pacto Verde de la Unión Europea va a marcar una hoja de ruta que viene acelerada por la pandemia. “Nos encontramos ante un proyecto de economía circular, con un reto técnico, económico y social, y sobre todo institucional, donde la colaboración publico-privada es fundamental. Se trata de un ensayo piloto que recoge todo el proceso de valorización, demostrando que la colaboración a lo largo de toda la cadena es clave. Esta cooperación debe ser un ejemplo para desarrollar los productos en el mercado los productos obtenidos en el proceso de valorización del residuo plástico, acorde a los principios de economía circular, con trazabilidad y verificable.”

Continúa “Hemos realizado un estudio de mercado de los productos y equipamientos posibles que se pueden elaborar con este material y creemos que es importante vincular el producto final con el compromiso de los agricultores y de las distintas entidades a la hora de potenciar este proceso de circularidad; se debe visualizar que el producto final está vinculado a ese plástico reciclado. Además, el proyecto cuenta con un análisis, que se verá en los productos finales con una viabilidad técnico-económica”.

Por su parte, José Vicente Sainz expuso cómo “nuestro objetivo era demostrar que el residuo plástico podría ser la materia prima para poder fabricar en este caso madera plástica. Se considera un sistema de upcycling, donde el residuo es un recurso. Este proyecto ha trabajado sobre la gestión integral del plástico agrícola, considerado de rechazo por su alto porcentaje de impropios a diferencia de otros plásticos que llegan más limpios. Por tanto, su recuperación del campo y transformación en nuevos productos que puedan ser incorporados al mismo sector o espacios afines, es un ejemplo de solución integral ante un problema medioambiental, social y económico”.

Se puede observar los costes estimados en el proyecto a la hora de gestión el residuo plástico de uso agrario en función del cultivo, utilizando las mejores prácticas disponibles.

Iñaki Mendioroz, gerente de UAGN, y Sergio Menéndez, coordinador del grupo de Innovación de Campo del Grupo AN, dieron a conocer algunos datos técnico-económicos que hemos visto en el proceso, tanto en la gestión en campo, como en tratamiento y fabricación del residuo plástico agrario. “Creemos que es un proyecto de innovación social colaborativo de economía circular, muy interesante e ilusionante para el sector porque creemos que hay una solución con una mejora ambiental importante y económicamente viable”.

En Navarra se generan 2.843 toneladas de plástico agrario anuales, de las cuales el 50% corresponde a filmes destinados a acolchado. (datos del 2020 de la oficina de economía circular del Gobierno de Navarra)

Con datos del 2007 al 2020, solo el 7% del residuo plástico que se genera en campo es valorizado, un 57% se elimina en vertedero y un 35,44% se hace un uso incorrecto o desconocido. “Se trata de una gestión a resolver que queremos mejorar por el compromiso que hemos mostrado los socios del proyecto y con la ciudadanía y el medioambiente”, manifestaba Mendioroz.

Por su parte Sergio Menéndez expuso el resumen de método y costes de recogida en campo del Residuo Plástico de Uso Agrario (RPUA) por cultivo.

En este apartado, se expusieron detalladamente los costes que incurre el agricultor a la hora de recoger el plástico del campo, siguiendo las buenas prácticas elaboradas en el proyecto para reducir el porcentaje de impropios, y por tanto, optimizar los rendimientos en las fases de valorización. “Se analizaron cultivos como espárrago y pimiento, juntos a otros hortícolas, y los resultados indican las mejoras en los costes, eficiencia y eficacia que, frente a la recogida manual, implica el uso de maquinaria específica que pueda a la vez que retirar el plástico, bobinarlo simultáneamente.” Hablamos de un coste por hectárea que no se visibiliza y que el agricultor asume para cuidar el medioambiente y el entorno en el que cultiva.

Iñaki Mendioroz, coordinador del proyecto, explicó en las conclusiones finales que este modelo que hemos propuesto, parte de la virtud del trabajo a lo largo de la cadena de valor para buscar una solución conjunta a un problema común. Frente a otras propuestas que puedan llegar al sector para gravar mediante tasas ambientales indeterminadas la compra de plástico, Ecocirplas propone seguir un proceso de valorización verificable y trazable, que implique en la solución al agricultor y las cooperativas, generando un círculo virtuoso. Este proceso además queda cuantificado, siendo visible no solo los costes de pretratamiento y logística, sino la aportación del agricultor al sistema, de forma que su compromiso por recoger el plástico en las mejores condiciones del campo queda patente. De esta forma los rendimientos y costes asociados a las buenas prácticas que describe el proceso implican mejores resultados que otros modelos de gestión como se puede ver en las gráficas adjuntas

El cierre de la jornada corrió a cargo de José Javier Pagola, secretario de Grupo AN, José María Martínez, presidente de UCAN y Félix Bariáin, presidente de UAGN. Por su parte, clausuró la jornada Itziar Gómez, Consejera de Desarrollo Rural y Medio Ambiente de Gobierno de Navarra, poniendo en valor el trabajo realizado y el compromiso de su gestión por impulsar este tipo de modelos de economía circular, alineados con la estrategia de recuperación y resiliencia del Gobierno de Navarra.

Puedes ver la galería fotográfica de la jornada aquí.