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Jornada Final del proyecto europeo ORHI con presencia de empresas agroalimentarias navarras

El 18 de marzo tuvo lugar un encuentro online, en el que se compartieron algunos de los 17 proyectos acompañados durante estos tres años. Quesería Axuribeltz e Ingredalia presentaron sus propuestas de valorización, partiendo del lactosuero y de un subproducto del brócoli. El proyecto ORHI, pilotado en Navarra por AIN, está orientado a la evolución del sector agroalimentario hacia la Economía Circular, centrándose de forma específica en los recursos de materia orgánica y plásticos.

A comienzos de 2018 arrancaba el proyecto ORHI, una iniciativa europea promovida por un consorcio de entidades pertenecientes a cinco regiones transfronterizas de España y Francia: Navarra, La Rioja, Euskadi, Occitania y Pirineos Atlánticos. Apoyado por el programa Interreg-POCTEFA, a lo largo de estos tres años se ha trabajado intensamente en la evolución del sector alimentario hacia una Economía Circular, centrada en los recursos de materia orgánica y plásticos.

Este impulso de sinergias entre empresas, de identificación de soluciones innovadoras y de apoyo a su implantación, que en Navarra ha sido coordinado por AIN (Asociación de la Industria Navarra) culminó el pasado 18 de marzo con una Jornada Final online. Ese día, representantes de todos los territorios presentaron parte de los diecisiete proyectos acompañados, compartieron resultados, así como todo el material de valor generado durante este proceso, que quedará disponible a modo de legado. La quesería Axuribeltz, ubicada en Iturgoyen, e Ingredalia, en Milagro, fueron dos de las empresas acompañadas protagonistas en este encuentro.

Desde AIN, Montse Guerrero señaló que el proyecto ORHI “ha supuesto un reto y una oportunidad. Hemos apoyado a las empresas navarras a la hora de evaluar las alternativas que ofrece la Economía Circular en diferentes puntos de la cadena de valor alimentaria. Hemos acompañado la implementación de nuevas tecnologías y modelos de negocio, de nuevos servicios y productos que extraen mayor valor de los recursos”.

Entre los aprendizajes obtenidos, habría que destacar el conocimiento de la situación en regiones vecinas y la colaboración transfronteriza. “Muchos de los retos del sector son comunes. Observamos la necesidad clara de apoyo y dinamización por agentes intermedios como AIN para que las sinergias empresariales o la simbiosis industrial puedan generarse por sí mismas. Este proyecto nos ha dotado de experiencias reales en Economía Circular para seguir liderando este acompañamiento en el cambio del sector agroalimentario”.

 

Valorización del lactosuero y de un subproducto del brócoli

Marian Otxotorena, ganadera y productora de queso de oveja artesanal, es una de las emprendedoras que se ha subido a este carro. En su quesería, Axuribeltz, ha logrado valorizar el lactosuero que se genera cuando la fracción líquida de la leche se separa de la cuajada del queso. Este producto, clasificado habitualmente como residuo, tiene, sin embargo, enormes propiedades nutritivas. Con este proyecto surge la oportunidad de transformarlo en bebidas lactofermentadas, combinables con zumos de frutas, y requesón.

Esta iniciativa tuvo su origen en uno de los talleres del proyecto ORHI celebrados en junio de 2019, que puso en contacto al centro tecnológico vizcaíno Leartiker y la Agencia de Desarrollo de la Sakana. Meses después, se organizó una sesión de transferencia tecnológica en la que también participó INTIA y dos queserías, una de ellas Axuribeltz. Tomada la decisión, desde AIN se ha acompañado en la definición del proceso de producción y en la elección de equipos, así como en el desarrollo de un plan de viabilidad y la comercialización de los productos. Se venderán en la propia quesería, en mercados de proximidad de Estella y en establecimientos de producto ecológico de Pamplona.

“Tengo buenas expectativas -comentaba Marian Otxotorena-. Me está ayudando a diversificar, sin aumentar la producción. Además, esta diversificación proviene de la utilización de un residuo al que hasta ahora no le dábamos valor económico. Si no llega a ser por un proyecto de estas características, en el que se comparte conocimiento y formación, una quesería pequeña como la mía no hubiese tenido la oportunidad de desarrollar nuevos productos”.

Miguel Ángel Cubero, director general de Ingredalia, también expuso su propuesta de innovación en estas jornadas. En este caso, el acompañamiento se ha centrado en la búsqueda de opciones para la industrialización del proceso de microencapsulado de un aditivo alimentario, extraído de un subproducto proveniente de la transformación vegetal, concretamente del brócoli.

Desde un punto de vista de Economía Circular, este proceso de valorización, patentado por Ingredalia, permitirá extraer un componente de alto valor nutricional a partir de un subproducto que ahora mismo no es comercializable. La idea es ofrecer al mercado un nuevo ingrediente para ser utilizado como aditivo alimentario, y a otros sectores como el cosmético, que genere rendimiento económico. “El proyecto ORHI -apuntó Miguel Ángel Cubero- nos ha permitido tanto avanzar como diversificar nuestra propuesta de valor y de negocio”.

Dos proyectos más: cajas de plástico retornables y acuaponía

Desde AIN se ha acompañado otros dos proyectos más, dentro del marco ORHI. Uno, de la mano de Ekoalde, asociación sin ánimo de lucro, creada por productores y elaboradores ecológicos de Navarra, que actúa como centro de distribución y venta directa de alimentos ecológicos de cercanía.

Para evitar los envases de uso único, se ha analizado cómo implantar un sistema semi automático de lavado y una solución de digitalización de cajas de plástico plegables y retornables, que mejoren la sostenibilidad del servicio y la trazabilidad del mismo bajo un planteamiento de logística inversa. Teniendo en cuenta, además, todos los requisitos de seguridad alimentaria y de certificación ecológica.

Finalmente, junto con la empresa Caviar Pirinea, ubicada en Yesa, se ha abordado un proyecto exploratorio de acuaponía. Se trata de una técnica utilizada para cultivar vegetales sin tierra, utilizando la materia orgánica natural del cultivo de peces como alimento de las plantas.

Desde el proyecto ORHI se ha trabajado en el estudio de viabilidad técnica y económica, así como en el diseño de un sistema acuapónico para la producción de vegetales orgánicos. También se ha apoyado la búsqueda de financiación para la instalación de un modelo piloto, que permita confirmar su consecución.