Daniel Etayo coincide con Enrique Orduña, joven ingeniero agrícola, en que el campo ha evolucionado tecnológicamente, pero antes con menos superficie cultivada mantenías a una familia completa. “Hoy en día un agricultor tiene que cultivar más superficie para obtener la misma rentabilidad. La agricultura y la ganadería sí tienen futuro, pero por pasión no por dinero», confiesan. “En el campo, por dinero, no se queda nadie, ser agricultor no es decir un día ’quiero dedicarme al campo’, es algo que se hace desde siempre y poco a poco vas adquiriendo más responsabilidades. El campo no es un trabajo, es una forma de vida porque vivimos por y para él”, aseguran. Enrique Orduña, de 22 años es natural de Peralta, tiene 50 hectáreas en 4 parcelas de maíz en Peralta y una plantación de 8,7 hectáreas de perales en Funes. “Yo siempre he querido trabajar en el campo, lo he tenido claro, procedo de familia tradicionalmente agrícola y antes de instalarme como joven agricultor quise estudiar una carrera relacionada con el agro, ya que hoy en día el campo es muy tecnológico y hay que estar preparado, somos empresarios con todo lo que requiere”, explica.

Enrique Orduña cuenta cómo el Canal de Navarra en su zona es un condicionante para que los jóvenes se instalen en el campo. “Creo que no se dan facilidades a los jóvenes que queremos trabajar en el campo, yo no me siento respaldado, se supone que nuestro sector es esencial y sin embargo no se potencia como tal. Por ejemplo, nosotros llevamos cuatro años esperando la concentración parcelaria, hasta que por fin ha llegado el agua y si tanto apoyan el campo, ¿por qué han tardado tanto?”, se pregunta.