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En la actual campaña en Navarra se han producido del orden de 160.000 t. de paja. España con una producción cifrada en unos 6 millones de toneladas es uno de los principales países exportadores. La sequía ha reducido su producción en torno al 25%.

En Navarra, durante esta campaña 2016/17 la producción de paja de trigo y cebada se situaría próxima a las 163.000 toneladas dado que la producción media rondará los 1.000 kilos/hectárea.

Durante la campaña de cereal de invierno que acaba de finalizar, la superficie cultivada en nuestra Comunidad foral se cifró en 198.791 has. de las que la cebada ocupó 87.468 has. (44%) y el trigo 75.540 has. (38%); es decir 163.000 (82%) has. fueron las destinadas a la producción de trigo y cebada que a una producción media de paja de 1.000 kilos/ha. nos daría esa producción de 163.000 toneladas.

Y son también 160.000 toneladas de paja las que consume la planta de biomasa de Sangüesa, inaugurada en 2.002, de generación térmica a partir de la paja de cereal para producir electricidad.

¿UN SUBPRODUCTO?

España, con cerca de 6 millones de has. cultivadas de cereales de invierno produce anualmente en torno a 6 millones de kilos de paja, y es uno de los principales países exportadores; un negocio que mueve anualmente del orden de 400 millones de euros. ¿Subproducto?. Qué lejos aquellos tiempos en que se quemaban las rastrojeras…

Tradicionalmente la paja de cereal se ha utilizado para cama del ganado, para alimentación animal, como sustrato del champiñón y, modernamente como en la planta de biomasa de Sangüesa, para la producción de energía eléctrica.

Con la implantación progresiva de empacadoras pequeñas y grandes en las propias parcelas de cultivo, el negocio de la paja la paja ha ido ganando valor hasta desarrollarse como una mercancía importante en las principales lonjas de productos agrícolas.

2.017: POCA PRODUCCIÓN       

En la campaña cerealista que acaba de finalizar, la producción estatal de paja ha sido muy escasa y todo indica que no se alcanzarán ni los 5 millones de toneladas, es decir, 1 millón de toneladas menos que un año normal.

La fuerte sequía en grandes áreas ha sido la causa de dicha reducción y se calculan que el 80% de la paja disponible este año será de esta campaña y que el resto procederá de las existencias de la cosecha anterior en manos de los agricultores y almacenistas.

La reducción de la producción de paja ya ha propiciado un alza en el precio del producto detectable en los mercados. Su cotización arrancó entre 6 y 9 céntimos de euro por kilo en origen y empacado dependiendo del tipo de producto. A medida que avanzó la recolección, los precios se fueron incrementando semana tras semana.

Según diversas fuentes, actualmente la su precio se situaría sobre los 8 céntimos el kilo de paja de trigo y unos 11 céntimos para la cebada, y es previsible que sigan subiendo.       Los costes de transporte son elevados, pero muy variables en función de la distancia y si escasez, la cotización de la paja se disparará.

En la lonja de Salamanca durante la primera semana de agosto la paja – paquete grande- cotizaba a 60 €/tonelada cuando en la misma semana de 2016 lo hacía a 29 €/t.

El precio final también tendrá un impacto en las exportaciones del sector. En España es cada vez menor la demanda de paja por el cierre o la reducción de cabezas en cabañas ganaderas extensivas frente al crecimiento o la estabilidad en otros tipos de explotaciones, como avicultura y sobre todo en el porcino, donde el consumo de paja es muy reducido o inexistente.

El principal mercado para la venta de paja son los países del norte de Europa, especialmente en Holanda, Noruega o Dinamarca, donde los compradores son sobre todo las explotaciones avícolas; lo mismo suceden con Francia, cuya industria de la oca es una gran consumidora. Otros mercados importantes son el italiano y el portugués, también para las explotaciones ganaderas.

         Fuera de la UE, destacan las exportaciones a los países del golfo Pérsico y Marruecos. La venta de paja a estos mercados árabes se ha sumado al ingente negocio de la comercialización de animales vivos, especialmente de vacuno y ovino, que se engordan y sacrifican en la zona en función de la demanda.

Casi como anecdóticas puede referirse las exportaciones de paja a Japón por la distancia y el coste que supone colocar allí el producto. El precio de una tonelada de paja española para un ganadero japonés se sitúa entre los 180 y los 200 euros por tonelada a partir de un precio en origen de 50 euros a los que se suman, como mínimo, otros 30 euros por gastos de manipulación, picado y empaquetado en plantas, y 20 euros más por transporte a puerto y distribución en destino.