El 14 de diciembre tuvo lugar en San Adrián una jornada informativa con el sugerente título de: ¿Biorresíduo/subproducto?, financiado por el Departamento de Desarrollo Rural del Gobierno de Navarra y en el que participan Consebro y UAGN.

En el Valle del Ebro se producen anualmente entre 80.000-120.000 toneladas de subproductos vegetales con previsiones de incremento a corto plazo; y la actividad económica vinculada a estos residuos alcanza cada vez mayor importancia, tanto por su aprovechamiento para la alimentación animal como por su repercusión directa en la sostenibilidad del modelo económico de muchas explotaciones ganaderas.

Por ello, es urgente no solo la regulación de la gestión de dichos residuos orgánicos impulsando medidas que prevengan su generación y mitiguen los impactos adversos asociados a su generación y gestión; sino también la valorización de dichos subproductos orgánicos generados en los diversos procesos de transformación de la industria agroalimentaria.

En este apartado, Gema Gonzalo, de la subdirección general de residuos del MAPAMA, informó que el Ministerio ya tiene elaborado una propuesta de Orden Ministerial que establece los criterios para determinar cuando los residuos de producción procedentes de la industria agroalimentaria son residuos o subproductos; un tema esencial dada la implicación fiscal y económica que ello implica.

Señaló también que no existe una legislación europea estricta al respecto y que solo existe en algunos países, destacando que su aprobación en España pasa por escuchar las recomendaciones que puedan transmitir las diferentes CCAA. Desde el sector agroalimentario de Navarra se le transmitió la urgencia de la publicación de una aclaratoria Orden Ministerial.

De acuerdo con la normativa vigente, una sustancia u objeto, resultante de un proceso de producción, puede ser considerada como subproducto y no como residuo, cuando se cumplan estas condiciones: que se tenga la seguridad de que va a ser utilizado posteriormente, que se pueda utilizar directamente sin tener que someterse a una transformación posterior distinta de la práctica industrial habitual, que se produzca como parte integrante de un proceso de producción y que el uso ulterior cumpla todos los requisitos pertinentes.

En el conjunto del sector agroalimentario el Plan Integral de Gestión de Residuos de Navarra, establece la estrategia de la región en los próximos años, donde identifica las dificultades actuales de gestionar los plásticos agrícolas como principal obstáculo a salvar dado el gran porcentaje (aprox 70%) que no se retira debidamente de las explotaciones. En la actualidad al coste asociado de gestión, se suma la dificultad del transporte que a menudo debe hacerlo el propio agricultor hasta la planta de tratamiento o el punto de acopio de la mancomunidad.

Otros subproductos agrícolas como estiércoles , restos de cosecha… pueden ser reutilizados en las explotaciones como abono orgánico, enmiendas, acolchados, etc. que valorizan y reducen insumos posteriores.

Clausuró la jornada Eva García Balaguer, directora de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, quien agradeció el compromiso y colaboración en esta iniciativa de Consebro y UAGN en pro de un modelo sostenible y respetuoso con el medio ambiente.