Navarra pondrá en marcha en el primer trimestre de 2018 el protocolo para comunicar daños ocasionados por inundaciones y lluvias torrenciales, según se informó ayer en la segunda Comisión de Seguimiento del Foro del Ebro, celebrada en Tudela. Además, los representantes de Medio Ambiente y Desarrollo Rural explicaron el avance de los estudios y las acciones que se están desarrollando en materia de geomorfología, inundabilidad y puentes, entre otros.

En la reunión participaron la directora general de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Eva García; alcaldes de San Adrián, Tudela, Valtierra, Buñuel, Ribaforada, Cabanillas, Cadreita, Milagro y Fustiñana, el jefe de Hidrología de la Confederación Hidrológica del Ebro, y responsables de agua, infraestructuras agrarias y emergencias del Gobierno de Navarra.

El Ejecutivo foral ofrecerá un espacio web permanente en su Catálogo de Servicios que estará abierto ininterrumpidamente, para poder comunicar de manera sencilla y directa el tipo de daño sufrido; así podrá así conocer de manera inmediata la magnitud y la extensión de los daños, lo que permitirá tomar las decisiones necesarias.

El procedimiento va a permitir la recogida centralizada de información, la identificación de los tipos de daños (públicos, privados, urbanos, agrarios…). También facilitará las ayudas existentes para las diferentes pérdidas y se determinarán las entidades locales afectadas según la magnitud del suceso. Las ayudas de carácter excepcional se publicarán en el Boletín Oficial de Navarra y en el BOE.

Estudio de alternativas

El Foro del Ebro, constituido en junio de 2016, tiene como objetivo consensuar las medidas para reducir las consecuencias negativas de las inundaciones. La Comisión de Seguimiento, integrada por representantes del Gobierno de Navarra, de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y de los ayuntamientos situados en la ribera del río, tiene carácter decisorio en las cuestiones relativas a la gestión de los problemas ligados al río. Las conclusiones del foro deberán servir para dar respuesta a los problemas que se ocasionan en infraestructuras de carreteras, como la AP-15, la N-113 o la NA-5202; cascos urbanos, como Tudela, Buñuel y Arguedas; y zonas de regadío de alta productividad.