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Se reabre el juicio en California contra la condenada multinacional agroquímica Monsanto por no advertir en el etiquetado el riego potencial del glifosato contenido en el herbicida Roundup. El pasado 10 de agosto, un jurado popular condenó a la multinacional agroquímica Monsanto a pagar más de 289 millones de dólares (251 millones de euros) a un hombre de 46 años llamado Dewayne Johnson que padece una forma de cáncer incurable. Johnson padece un linfoma denominado Hodgkin que le da una esperanza de vida muy corta. Según Johnson, el cáncer está provocado por el uso continuado del herbicida llamado Roundup, fabricado por Monsanto, cuya materia activa es el glifosato. La sentencia, aparte de la cifra, supone un peligroso precedente para la firma, adquirida por Bayer, ya que podría enfrentarse a más de 8.000 demandas similares.

Johnson trabajó en 2012 en la jardinería de un pueblo al noreste de San Francisco. Su trabajo era en parte rociar con los pesticidas Roundup y Ranger Pro. Según su demanda, contrajo el linfoma después de dos años de hacer este trabajo. El jurado consideró probado que el pesticida en cuestión fue el causante del linfoma y que Monsanto no informó en el empaquetado de la presencia del glifosato, un componente que la sentencia considera que causa cáncer. Se trata de la primera demanda de este tipo que llega a juicio. El caso fue tramitado de urgencia porque a Johnson le pueden quedar meses de vida.

La Unión Europea le concedió en noviembre una prórroga de cinco años para seguir comercializándolo en el continente el glifosato, a pesar de las peticiones en contra de muchos ciudadanos y de parte del Parlamento Europeo pese a que sólo la Agencia de Investigación sobre el Cáncer, de la Organización Mundial de la Salud, ha alertado de que el glifosato es un “probable cancerígeno”.AdChoices

La segunda parte de uno de los juicios del año puede comenzar esta semana en San Francisco, en una audiencia en la que el gigante agroquímico Monsanto trata de escapar de una espectacular indemnización judicial. El caso, Johnson contra Monsanto, podría abrir la puerta a innumerables demandas contra la empresa por los supuestos efectos cancerígenos de productos utilizados en jardinería en todo el mundo. La empresa presentó este miércoles sus argumentos para reclamar una repetición del juicio y por el momento ha conseguido que la juez lo considere.

En el recurso, Monsanto alega que el juicio debe repetirse por irregularidades en el procedimiento, considera la indemnización excesiva e injusta, y alega también que el veredicto se basó en pruebas insuficientes. Todas ellas son causas legales en California para pedir la repetición de un juicio.

Durante el juicio original, el abogado de Monsanto citó décadas de estudios en los que no existe ninguna relación entre el glifosato y el tipo de cáncer que padece Johnson. La mayoría de los organismos reguladores, incluida la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, no consideran que sea peligroso. La conclusión de que Monsanto obró de mala fe se basó en que el Centro Internacional de Investigación del Cáncer, un organismo de la Organización Mundial de la Salud, califica el glifosato como “probablemente cancerígeno”.

En California es obligatorio que todo lo que lleve un componente cancerígeno esté etiquetado, lo que lleva a que haya carteles avisando de productos cancerígenos por todas partes. El glifosato ha sido incluido en la lista recientemente, pero el pasado febrero otro juez frenó a las autoridades e impidió que la empresa sea obligada a poner una advertencia de que causa cáncer, con el argumento de que no está probado y además la mayoría de organismos internacionales lo rechazan.

Monsanto, una de las compañías más controvertidas y con peor fama en el mundo, fue adquirida por la alemana Bayer solo dos meses antes de la sentencia, en junio, por 66.000 millones de dólares (57.378 millones de euros). Bayer planea eliminar la marca Monsanto como tal, dada la pésima imagen global que tiene.