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DCF 1.0

Desde el pasado mes de julio, España se ha convertido en uno de los principales países proveedores de huevos para el resto de los países miembros de la Unión Europea a raíz de los cierres de miles de granjas avícolas y del sacrificio de millones de aves provocados por el uso del fipronil, un insecticida moderadamente tóxico cuyo uso está prohibido en explotaciones donde se obtengan animales o productos para consumo humano.

En el mes de octubre, la reducción de la oferta en la UE ha supuesto el incremento de los precios en los mercados mayoristas internacionales un 64 % en relación con el mismo periodo del año anterior con unas cotizaciones que se han elevado hasta los 160 euros por 100 kilos.
El uso del fipronil se denunció inicialmente en granjas de Holanda y Bélgica el pasado mes de julio para detectarse casi automáticamente en partidas de huevos producidas hasta en un total de 40 países, de los que 24 corresponden a la Unión Europea. El fipronil está autorizado para combatir todo tipo insectos, pero está prohibido en animales que vayan a entrar en la cadena alimentaria para consumo humano en cuanto da lugar a residuos peligrosos para la salud si su consumo es elevado.
La Unión Europea, con un volumen de 7,8 millones de toneladas de huevos, de las que España aporta 850.000 toneladas, es uno de los principales productores. La existencia de residuos provocados por el uso del insecticida en otros países (en España no hubo registros de su uso en granjas) supuso el sacrificio de millones de gallinas ponedoras y el cierre de granja contaminadas que no se han podido volver a utilizar para la puesta en unos periodos mínimos de dos meses, pero que en muchos casos se han alargado.
España, según datos de la interprofesional, Inprovo, tiene un parque de 44 millones de gallinas ponedoras en 1.200 granjas, una producción de 1.100 millones de docenas con un consumo estabilizado en 254 huevos por persona y año, equivalente a 16 kilos. Históricamente la exportación ha supuesto entre el 15% y el 20% de la producción, casi la mitad fuera de la UE, porcentaje que se incrementó hace dos años por la gripe aviar en Estados Unidos y ahora por el cierre de granjas derivado del uso en otros países del insecticida prohibido.