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  • Es una de las conclusiones expuestas esta semana en una jornada sobre resultados de las experiencias realizadas por la empresa pública INTIA en la finca de Erremendia

El cultivo de patata ecológica para obtener material vegetativo de reproducción certificado (patata de siembra) supone una alternativa de diversificación de la actividad ganadera en los valles pirenaicos navarros.

Se trata de una de las conclusiones expuestas en una jornada celebrada esta semana en la finca experimental de Erremendia  de la empresa pública del Gobierno de Navarra INTIA (Instituto Navarro de Tecnologías e Infraestructuras Agrarias). La sesión, en la que participaron más de 30 profesionales de la ganadería y la agricultura, se centró principalmente en el manejo de plagas, enfermedades y hierbas de cultivo, en la forma de integrar la actividad de producción de patata ecológica en las explotaciones convencionales, en la certificación del producto, y en el futuro próximo respecto a nueva experimentación.

La disponibilidad de herramientas fitosanitarias en el mercado para el cultivo ecológico es limitada por lo que, ante las plagas y enfermedades, es imprescindible y obligatoria la rotación. Así, cada hectárea de cultivo anual de patata implica otras 3 o 4 de ecológico para mantener la superficie a cultivar. La calidad del material de reproducción, aún más en producción ecológica, es una de las garantías para el éxito del cultivo.

En la jornada se analizó, como retos a futuro, la nueva experimentación y el estudio de nuevas variedades resistentes, y el análisis de posibles vías de reducción de las dosis de cobre en los tratamientos cúpricos (por debajo de las permitidas actualmente en el reglamento de producción ecológica). Además, se trató sobre los posibles cultivos compatibles con las condiciones de la zona para obtener un valor económico adecuado que garantice aún más los efectos favorables de las rotaciones de cultivos respecto a la sanidad del cultivo y sus rendimientos.