La entidad apela a la tranquilidad, confía en una buena recuperación de las viñas y considera precipitado cualquier cuantificación de daños. Los representantes de todas las organizaciones del sector vitivinícola riojano, que integran la Comisión Técnica del Consejo Regulador, coincidieron la semana pasada en la necesidad de afrontar «con tranquilidad y prudencia la situación planteada por la helada del pasado 28 de abril» y confían «en una buena recuperación del viñedo».

•             De hecho, el principal temor del sector es que una posible merma de la producción pueda empujar al alza los precios de la uva como sucedió en 1999. La información aportada por los servicios técnicos a la Comisión Permanente cifra en «menos de un tercio del viñedo riojano, principalmente en determinadas áreas de las subzonas Rioja Alta y Rioja Alavesa», los daños por la helada.Como primera conclusión de la labor de seguimiento realizada, el Consejo Regulador asegura que «la helada no ha sido uniforme, pues no todas las viñas se ven afectadas por igual dentro de una misma área, algo en lo que también inciden las peculiaridades de la orografía riojana».

  Por otra parte, el grado de afectación final de la helada dependerá de la evolución que vayan experimentado los viñedos, algo en lo que «permite confiar la experiencia histórica y, principalmente, la gran profesionalidad que han demostrado los viticultores riojanos, volcados desde el primer momento en la aplicación de técnicas que permitirán mitigar dichos efectos y favorecer una nueva brotación para que las viñas puedan recuperarse lo mejor posible».

  «En función de estos condicionantes -continúa la comunicación del Consejo Regulador- no solo es muy complicado realizar con precisión cualquier tipo de cuantificación de los daños producidos, sino que en todo caso requeriría un periodo de tiempo superior al transcurrido desde la helada; cualquier valoración actual resultaría temeraria y especulativa sobre los resultados finales de la vendimia 2017».